El CD Cazalegas - Ebora Formación le tuteó a la Real Sociedad hasta que Imanol Alguacil sacó a su guardia pretoriana

El Club Deportivo Cazalegas – Ebora Formación cayó con honores en la Copa del Rey ante la Real Sociedad. Los hombres de Rubén Pulido estuvieron con vida hasta el último cuarto de hora en un encuentro en el que contaban con muchas dificultades de antemano: cinco categorías de diferencia, un rival que pasa por ser el que ha acabado en mejor forma antes del parón mundialista y un escenario que nada tiene que ver con el habitual de la Ciudad Deportiva, mucho más pequeño y de césped artificial y que, por cierto los cazalegueños sólo pudieron ‘catar’ el mismo día de partido. Una pena…

Tuvo que encomendarse Imanol Alguacil a su guardia pretoriana (Sorloth, Brais Méndez y Mikel Merino), esa que se había traído a Talavera de la Reina por si la cosa se ponía fea y esa a la que vio obligado a sacar en el tramo final del encuentro porque su rival se estaba empezando a subir a las barbas tras estar muy dócil en el primer acto y que tuvo su momento de rebeldía cuando Rubén Rivera puso patas arriba el Municipal ‘El Prado’ con su tanto en el 68’.

Pero es lo que tienen los grandes y sobre todo cuando se enfrentan a rivales en los que hay tanta diferencia deportiva. Y es que tienen tantos recursos que basta con agitar un poco la coctelera y en dos movimientos de ajedrez no sólo toman la delantera en el marcador, sino que te hacen terminar la cita con un 1-4 que parece un paseo militar, pero visto lo visto durante los 90 minutos de juego no lo fue tanto.

Cierto es que el tanto de Robert Navarro en el primer minuto de juego, un potente zapatazo a la red ante el que nada pudo hacer Ernesto Machuca (0-1), encaminaba y mucho el partido a los donostiarra, de la misma manera que acongojaba un poco a un equipo cazalegueño que precisamente lo que menos quería en ese plan de partido era encajar pronto porque sabía que el partido se le podía ir y podía pasar de ser una fiesta y una ilusión a un tormento chino.

Durante los primeros 45 minutos los pupilos de Rubén Pulido vivieron todo un ejercicio de resiliencia jugando prácticamente en todo momento en su propio campo. Muy juntitos y tratando de recibir el mínimo daño de un rival que cantó el segundo por varias veces con los disparos de Robert Marin, Karrikaburu o Pablo Marín, los cuales bien se encontraron con Machuca o bien no vieron puerta por muy poco.

Tocaba y tocaba la Real esperando el momento de desarbolar a un conjunto naranja que en el primer acto poco visitó los dominios de un Zubiaurre y cuando lo hizo siempre contó con Alfre Ramos como protagonista, buscando con sus movimientos de ruptura buscar el hueco y teniendo la caña preparada para cuando llegara el momento preciso. A punto estuvo de conectar tras gran acción por banda de Álvaro Gil y prácticamente con esta acción nos íbamos al descanso en un primer tiempo que tuvo hasta susto incluido en las gradas con el desmayo de un aficionado en la grada pero gracias a la atención del personal médico la cosa no fue a mayores.

La segunda mitad tuvo otro color. Más atrevido fue el Cazalegas y lo hizo sin renunciar a su estilo de toque en un partido por parte de ambos equipos con muy poquitos pelotazo, lo que dice mucho y muy bien de ambos. Que este conjunto ‘local’ era otro lo dice que Alfre Ramos tuvo el empate en sus botas con apenas cinco minutos de juego tras un centro al corazón del área que conseguía rematar libre de marca pero por desgracia no ajustaba el punto de mira y se iba fuera.

Y no se lamentaban los de Rubén Pulido, que seguían en un ritmo alto y con sensación que no eran el equipo dócil del primer acto. A la Real Sociedad parecía que le bastaba ese 1-0 o que quizá se veía tan superior que pensaba que cuando quisiese podía apretar el acelerador y dejar a su oponente sobre la lona cual boxeador. Craso error subestimar al débil porque cuando menos te lo esperas te puede dar una sorpresa y ésta llegó cuando nos encaminábamos al tramo final de encuentro.

Un centro al segundo palo de Crespo que parecía inocente, una indecisión defensiva a la hora del despeje y en el segundo palo libre de marca anotaba Rubén Rivera el 1-1 con un remate de cabeza ajustado al palo largo. Primer tiro a puerta y primer gol para un Club Deportivo Cazalegas – Ebora Formación que hacía vibrar al campo talaverano y ponía la eliminatoria en tablas con 22 minutos por disputarse.

Cosas de entrenador, que lo estaba viendo venir, no hacía mucho que había puesto en cancha a Sorloth y a Brais Méndez y que tras el tanto decidió que también le tocaba sacar las castañas del fuego a Mikel Merino. La guardia pretoriana al verde y la defensa del fuerte para unos cazalegueños que veían como el cansancio ya estaba haciendo mella en sus piernas y que con el corazón no era suficiente.

Fue cuestión de cuatro minutos, del 76’ al 80’, cuando no sólo el conjunto ‘txuri – urdin’ se volvió a adelantar en el marcador, sino que incluso tomó tierra de por medio y selló su billete a la siguiente ronda. La conexión entre los tres anteriormente mencionados le permitió a Sorloth anotar los dos primeros tras perfecta definición ante Machuca y a Mikel Merino cabecear a la red un 1-4 que denotaba la lógica existente entre ambos.

Incluso pudieron los visitantes anotar dos más para su cuenta de aquí al final del encuentro, pero el travesaño repelió el ‘hat – trick’ de Sorloth  como también lo hizo Ernesto Machuca con un paradón en una acción en el mano a mano y muy similar a la que había supuesto el 1-3 anotado por el ariete noruego. Con el 1-4 se ponía el punto y final a la aventura del Club Deportivo Cazalegas – Ebora Formación en la Copa del Rey, algo histórico para el líder del Grupo II de Preferente y que este próximo fin de semana volverá a su realidad y a su objetivo de lograr el billete que le permita ascender a la Tercera División.